Site icon SMASH

La Saga de Swamp Thing según Neil Gaiman

El presente escrito fue escrito como “Prefacio” para la Saga de Swamp Thing Libro Cuatro, el cual ya puedes adquirirlo publicado por Vertigo Cómics México, y además de contener las historias clásicas “El Parlamento de los Árboles” y “El Fin”, cuenta también con una esclarecedora introducción por Charles Shaar Murray.

 

Y entonces, ¿qué quieren saber?

Podemos hablar de la filosofía detrás de esto, el clímax del argumento de “American Gothic” comenzó en Saga of the Swamp Thing #35.

Recuerdo a Alan Moore contándome al respecto, en un restaurante griego junto a Forbidden Planet 2, la librería londinense de TV y cine fantástico, durante el periodo en el que la estaba escribiendo, hace mucho tiempo.

Imaginen la escena: Alan, quien es enorme y peludo, como un Yeti dentro de un traje, con una sonrisa como la de Maxwell the Magic Cat (pero si saben quién es Maxwell the Magic Cat, entonces probablemente saben cómo luce Alan Moore), y tiene algo con muchas patas en su tenedor 1, que utiliza para expresarse, y explica: “El problema con Estados Unidos es que posee una actitud muy Maniquea” —cito de memoria, como comprenderán— “y supongo que eso es lo que deseo marcar al final de ‘American Gothic’. Es esa actitud de que existe el bien y el mal, el blanco y el negro. Y eso no existe. De eso va ‘American Gothic’”.

Y luego siguió diciéndome qué le sucede a Sargon y a Zatara, y acerca de la mano, y todo esto durante la comida, ¿comprenden? Para el final estoy ligeramente asqueado, porque las descripciones de Alan son realmente gráficas, pero estoy convencido.

[Entrada educativa: de lo que trata el sistema Maniqueo es de que todo es bueno o malo; sólo hay una oscuridad y una luz. Comenzó en el tercer siglo DC y fue fundado por alguien llamado Mani (sorpresivamente) y fue influenciado por muchas de las religiones que existían en esa época —Judaísmo, Cristianismo pre-Católico, Budismo, Zoroastrismo y demás. Pronto se esparció como llamas salvajes para convertirse en una de las grandes religiones, uniendo mitología antigua con simple adoración espiritual y moralidad estricta —una concepción increíblemente simple del pecado y del bien. En la versión Maniquea del Armagedón, el Dios de la Luz aparece acompañado por los “perfectos” humanos, mientras que los ángeles que soportan el mundo retroceden y todo colapsa, quedando en ruinas; una conflagración consume al mundo, y la Luz, ahora completa, gobierna sobre la impotente Oscuridad.

[La religión Maniquea fue prácticamente destruida por la Iglesia Católica en el siglo trece, pero lo que Alan Moore apunta es que de cierta manera continúa muy viva y activa actualmente en Estados Unidos. Sólo miren Hollywood (Rambo, etc). Y ha renacido el Evangelismo.]

Y pues aquí estamos.

Hemos visto a los vampiros peces punks, y a la mujer lobo, y al zombi. Estamos a punto de conocer a los fantasmas de las pistolas, y al Parlamento de los Árboles, y a asistir a una fiesta sobre un satélite en la que también estará presente cualquier tipo en la tradición de Jerry Cornelius. Y tras estos preliminares, Swamp Thing y John Constantine están a punto de declarar la guerra —o algo así— a la Brujería y a la Oscuridad que amenaza al mismo Cielo.

La batalla ya se encuentra en camino en “Una Bandada de Cuervos” (Swamp Thing #48), que igualmente marca el primer trabajo en solitario de John Totleben en el título, aunque él entintó tres cuartos de las historias escritas por Moore. Es un trabajo hermoso. Son viñetas que permanecen: Swamp Thing en su atuendo sudamericano, como un dios inca; y la transformación de Judith.

Hay una discusión constante en el mundo del horror acerca de mostrar contra no mostrar. En un lado del encordado tenemos la escuela de M. R. James que aterroriza por sugestión e implicaciones, permitiendo que el lector construya su imagen de la amenaza; en el otro lado están los Clive Barkers, que te muestran al monstruo tan pronto pueden —y no dudes de que será espantoso y extraño y horrible. Alan —y John y Steve y Rick— siempre han tendido a mostrarte al monstruo. La metamorfosis de Judith es una excepción: explícita, aunque entre sombras. Nunca vemos su vómito, sus intestinos en la vasija; en lugar de eso su transformación es completada en tres viñetas de sombras… y es lo más espantoso que pueda haber.

La Invocación” (Swamp Thing #49) nos ofrece a Stan Woch y a Alfredo Alcala dibujando y entintando, al igual que los dos equipos (el astral y el físico) son puestos a trabajar juntos para comenzar la batalla contra la Oscuridad. Sargon the Sorcerer, Dr. Occult, Zatara y su hija Zatanna son reunidos apresuradamente por John Constantine (y no considero que él realmente creyera tener una oportunidad para ganar) en la mansión en Georgetown de Baron Winter.

Ustedes no necesitan saber realmente quiénes son todas estas personas: son el detritus, los restos desechos del universo oculto de DC. Brevemente: Dr. Occult fue uno de los primeros personajes de DC a finales de los años 30; Zatara también fue una estrella de Época de Oro —una especie de Mandrake el Mago cuyos pases mágicos necesitaban leerse al revés (“esreel la séver” como el lo entonaría), y su hija, Zatanna, fue su equivalente en los 60, vistiendo medias de red y sombrero de copa; de nuevo, Sargon, viene de los primeros años de DC y, como Zatanna y Zatara, se convirtió en mago de espectáculos para ocultar el hecho de que podía hacer magia real; Baron Winter fue creado por Marv Wolfman en Night Force —un enigma en una mansión transtemporal.

Anteriormente ya hemos conocido a la mayoría de la pandilla espiritual que acompaña a Swamp Thing a través de la guerra; tal vez el único personaje nuevo para los lectores de Swamp Thing es Doctor Fate, otro sobreviviente de la Época de Oro que puede ser descrito de mejor manera como una relación simbionte entre un arqueólogo y un casco egipcio mágico.

A pesar del hecho de que “El Fin” (Swamp Thing #50), la consumación del argumento de “American Gothic”, fue lo doble de largo de un cómic normal, pudo haber sido aún más extenso. El Armagedón viene y va en treinta y ocho páginas, dejando en su desenlace una buena cantidad de muertos e individuos quebrados y una filosofía que prácticamente cualquier religión hallaría hereje —o al menos incómoda. También marcó el final del equipo artístico formado por Bissette y Totleben para el título —dos individuos que, tanto como Alan Moore, le han brindado su distintivo visual y sensible. Sus reemplazos fueron Rick Veitch y Alfredo Alcala, ninguno de los cuales eran recién llegados en este cómic.

Casa Segura” (Swamp Thing #51), que no se incluye en este volumen, representa un epílogo a “American Gothic” y nos lleva hacia el siguiente arco importante del título. La semilla de este argumento, no obstante, es revelado en “El Parlamento de los Árboles” (Swamp Thing #47) y en “Una Bandada de Cuervos” —es acerca de amor y prejuicio: lo que sucede cuando la gente se enamora de la gente equivocada. También veremos lo más cercano que pueda considerarse, a descubrir aquello que mueve los engranes de John Constantine.

Es complicado de entender, ese Constantine. Alan Moore me dijo que solía pensar que había creado a un hombre, hasta que una tarde, en un local de sándwiches en Westminster, se conocieron. Aparentemente de manera accidental. Constantine llevaba puesto un traje elegante y un abrigo mugroso, cargaba una mochila. Brevemente le dijo hola a Alan y se fue a comer su sándwich.

Alan jura que es cierto, y yo le creo. Hasta el fin del mundo. Que tal vez encuentren en algún punto del libro que sostienen…

 

1 Esto fue antes de que él dejara de comer cosas con patas, como podrán entender.

Neil Gaiman Sussex, Mayo de 1988

 

Conocido a nivel mundial por The Sandman y por ser uno de los escritores más consumados de cómics, Neil Gaiman también es el autor de los bestsellers Anansi Boys, American Gods y de The Graveyard Book, ganador de la medalla Newbery, así como de las creaciones multimedia Neverwhere, Stardust y Coraline. Entre sus muchos premios están el Hugo, el Nébula, el Eisner, el Harvey, el Bram Stoker y el World Fantasy. Oriundo de Inglaterra, Gaiman ahora vive en Estados Unidos.

Traducción: Mauricio Matamoros Durán