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De los dioses al hombre, los personajes de Stan Lee en Marvel

“Stan si quieres renunciar porque no haces primero una historieta como quieras hacerla, para un público más adulto, escríbela como quieras escribirla, descárgate. Lo peor que puede pasar es que te despidan, pero de todos modos quieres renunciar”.

Con esas palabras Joan Lee convenció a su esposo para trabajar en el cómic que cambiaría la industria de las historietas alrededor del mundo, que daría por inaugurada la llamada Edad de Plata en Marvel y que además se convertiría en el número inaugural de uno de los fenómenos más importantes en la historia de la cultura pop: Marvel Comics.

Regresamos en el tiempo a través del legado de Stan Lee en Marvel para encontrar cada uno de los elementos que lo convirtieron en uno de los narradores más importantes del Siglo XX. El hombre detrás del hombre araña dejó el mundo de los mortales para ser un vigilante más de nuestra existencia, pero los héroes que creó seguirán transformando la vida de un sinfín de lectores alrededor del mundo.

Fantástico

La década de los 60’s fue trascendental para lo que hoy conocemos como la cultura pop. Desde los viajes espaciales, la presidencia de JFK o la aparición de The Beatles. Sin embargo, en medio de toda esa revolución cultural resurgió un medio que se había transformado durante años para culminar en una sola palabra: superhéroes.

Claro, estos seres mitológicos existían -en la época moderna- desde la aparición del Hombre de Acero en 1938, pero fueron los años sesenta los que terminaron por definir al hombre detrás de la máscara, al héroe sin capa e incluso a aquellos que no querían los dones que habían recibido.
Stan Lee fue el encargado de encabezar esa revolución cultural en la industria del cómic. Por más héroes que la “distinguida competencia” hubiera lanzado años atrás o durante esos mismos días, la sexta década del Siglo XX le perteneció a Marvel. Los Cuatro Fantásticos fueron los encargados de definir el universo en que las nuevas creaciones de la editorial vivirían el resto de sus días. Una combinación de ciencia, tecnología y la realidad de aquellos días con la fantasía de las historias que tenían años existiendo.
Fantastic Four #1 debutó en 1961. El equipo liderado por Reed Richards surgió como parte de la carrera espacial que disputaba la Unión Soviética contra Estados Unidos. En un intento por tomar la delantera los hermanos Storm, “el guapo” Ben y el Dr. Richards fueron bañados por rayos cósmicos que una vez en la tierra reaccionaron de forma única en cada uno de los integrantes de la nave. Sus poderes se manifestaron y una nueva época para los superhéroes comenzó.

Para 1962 el escritor de Marvel vivió uno de sus mejores años creativos con la llegada de Thor en Journey into Mystery, Ant-Man / Giant-Man en Tales to Astonish, Hulk en The Incredible Hulk y, por supuesto, Spider-Man en el número final de Amazing Fantasy. Historias que se volcaron de los monstruos espaciales de Jack Kirby (entre los que se incluye la primera aparición de Groot) al género de superhéroes.
Hasta prácticamente 1968 la racha de personajes no se detuvo y vimos desfilar en las historias de Lee y las ilustraciones de Kirby, Ditko o Romita algunos de los héroes que el mundo espera ver reunidos en la próxima cinta de Marvel Studios: Iron Man, Dr. Strange, The X-Men, Nick Fury, Silver Surfer o los propios Avengers.
Y sí, el Capitán América no fue una creación de Stan Lee, pero sí fue el “generalísimo” el encargado de regresar de su prisión de hielo al héroe de la Segunda Guerra Mundial para incorporarlo al New York de 1963 junto a los héroes más poderosos de la Tierra.

Estos personajes no solo se hicieron famosos por sus increíbles hazañas alrededor del mundo o los espectaculares poderes que presentaban, sino por su lado humano, los problemas que enfrentaban al quitarse el casco o la incertidumbre que vivían al encontrarse en un mundo que no los aceptaba por su naturaleza extraordinaria. El lado humano de los héroes de Stan Lee se reflejó como nunca lo habían hecho los superhéroes.
De esa extensa lista podríamos nombrar el legado de Spider-Man y The X-Men. En el caso del primero un joven preparatoriano que al recibir los poderes de una araña los utilizó para su conveniencia y pagó con lágrimas su arrogancia en una situación que decidió dejar pasar frente a sus ojos. Esa noche Peter Parker aprendió que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.

Y del otro lado los héroes más extraños del mundo. Los Hombres X llegaron a la adolescencia como cualquier otro ser humano, pero sus cambios incluyeron la habilidad de leer la mente, disparar rayos desde los ojos o convertirse en hielo con solo pensarlo. No habían sido producto de experimentos, sino de una mutación genética… el siguiente paso de la evolución humana. Y sí, fueron los humanos los primeros en rechazarlos a pesar de que sus poderes fueron utilizados para el bien común.

Sorprendente

El lado más humano de los héroes se reflejaba en los problemas económicos de Peter Parker, la doble personalidad de Bruce Banner o los dilemas morales de Tony Stark, pero ¿qué pasa cuándo el poder corrompe al personaje? Bueno, en los cómics Stan Lee nos mostró que cada acto heroico surge de una desgracia… y así es como nos encontramos con Dr. Doom o Magento. Los villanos también surgen de ese momento en el que debes definir qué hacer con las habilidades que obtuviste y no todos lograban pasar la prueba.

Victor Von Doom lucha desesperadamente por demostrar que su intelecto es superior al de Reed Richards, pero ninguno de sus intentos ha sido lo suficientemente bueno para conseguir su objetivo. Aunado a eso su trágico pasado en el país que hoy tiene a su merced lo ha dejado marcado de por vida y no puede evitar sufrir en silencio por aquello que nunca podrá recuperar. El vació del poder en un ser brillante, pero obstinado y fuera de sí.
Mientras que el mutante también arrastró su pasado de forma dolorosa. Los poderes de Magneto podrían fácilmente acabar con el mundo si aquellos que son iguales a él no lo frenan a tiempo. El amo del magnetismo lucha por la superioridad de su raza al grado de repetir aquellas prácticas que lo despojaron de su familia. No es el deseo de poder lo que lo lleva a cometer sus actos bélicos, sino el sentimiento de superioridad y el ansia por demostrar que la evolución no es apta para todos los seres vivos.
Personajes que aparecieron en las historias para mostrar el lado real de un mundo en guerra, con tecnología que pocos entendían y viajes que nos llevarían a lo desconocido. De esas aventuras surgieron más villanos que tiempo después formarían equipos como los Seis Siniestros o la Hermandad de Mutantes Diabólicos, pero también hubo esperanza en una nación escondida de nombre Wakanda o en una raza de alienígenas conocidos como los Inhumanos.
Y, por supuesto, los héroes conocieron el amor dentro de la mansión de Charles Xavier o en la preparatoria de Peter Parker. Gwen Stacy, Mary Jane, Karen Page, Jane Foster o Betty Ross, los héroes estaban tan enamorados como el escritor que les dio vida.
Y mientras todo ocurría parecía que el propio Stan Lee se proyectaba en sus creaciones como aquel que lo podía vigilar todo o el enemigo que venía devorar todo el planeta. Fue con los Cuatro Fantásticos que Lee se dio la libertad para experimentar conceptos que incluso hoy en día es difícil trasladar al cine o la televisión por lo complejo de las historias.
En pleno 2018 la cinta más esperada del año tenía que ver con personajes que vivieron sus primeros días en las páginas de Marvel Comics en los años sesenta… y el tiempo solo mejoró lo que Stan Lee concibió en aquellos años dentro del Bullpen de Marvel.

Increíble, invencible… poderoso

“Spiderman, no sé por qué, pero sonaba dramático, aterrador. Yo querría leer algo llamado Spider-Man”.


Probablemente ahí estaba la clave de todas las historias contadas por Stan Lee: personajes que no solo le gustaría escribir, sino también leer. Llevar al público a través de historias interesantes, divertidas y emocionantes. Hacer que todos los que tomaran un cómic se sintieran parte de la historia, de los problemas y de la resolución al final de cada cómic.
Peter Parker, Scott Summers, Bruce Banner, Hank Pym, Tony Stark o Reed Richards, todos triunfaron el algún momento; se casaron, tuvieron hijos, crecieron como personas y se enfrentaron a sus problemas con la frente en alto.

Y sí, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y esas historias nos han enseñado más de lo que podríamos considerar en estos momentos. El mundo es un lugar mejor con las historias y los personajes de Stan Lee. Héroes que rechazaron su poder antes de salvar al mundo, pero una vez que se entregaron a la humanidad ningún villano fue capaz de derrotarlos.
Gracias por hacernos creer en los héroes, Stan Lee.
EXCELSIOR!