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X-23: Inocencia perdida, en Marvel Cómics México

Si viste Logan, seguro te fascino la pequeña niña salvaje que conduce la “troca”. Pues ese personaje tan violento y encantador no es nuevo y tiene un largo recorrido en los títulos de X-Men, por ello Marvel Cómics México publicó X-23: Inocencia perdida, un ejemplar compilatorio que recoge los números uno al seis del cómic de Laura Kiney, nombre real de la clon de Wolverine, y es una pieza que debes tener sí o sí, si te gusta conocer el origen de tus personajes favoritos.

Como dato adicional te diremos que X-23 debutó en televisión en 2003, en el episodio 41 (tercera temporada) de la serie X-Men: Evolution, y fue tan buena la recepción que tuvo que apenas un año después saltó a los cómics en NYX # 3 (2004). Sólo Harley Quinn ha tenido la fortuna de salir de la TV a los cómics y luego al cine con tanto éxito. En el mismo 2004, pasó por fin a las grandes ligas mutantes en Uncanny X-Men #450, como la versión violenta de Wolverine (si acaso eso es posible). Y ya incorporada al elenco regular de los títulos sobre mutantes, llegó el cómic que les presentamos, el cual relata su origen.

Es común que los padres cuenten a sus hijos la historia de cómo nacieron, el relato de esos primeros años de los que ellos apenas tienen memoria, pues bien, Inocencia perdida es una confesión, una narración a manera de diario mediante la cual la doctora Sarah Kinney le cuenta a su hija sobre cómo llegó a este mundo.

Todo inicia con Dale Rice, el último hombre al que asesinó Wolverine al escapar del proyecto Weapon X, y cuyo hijo, Zander Rice, con la ayuda del doctor Martin Sutte y motivado por el deseo de vengar la muerte de su padre, decide continuar con los experimentos al llegar a la edad madura. En esta nueva versión del proyecto Weapon X ambos tratan de clonar a Wolverine, pero tras varios fracasos deciden contratar a la doctora Kinney, una genetista de renombre que le da un nuevo enfoque al experimento entendiendo que el clon, para lograse, debe ser hembra y ser concebida en un vientre materno. Sin mayores implicaciones morales, la misma doctora se presta para gestar el experimento dentro de sí misma.

Y mientras miramos que la niña crece con serios problemas en los que llega incluso a practicarse cutting y nos enteramos cómo es entrenada en el manejo de armas y sometida a procesos de deshumanización, además de sustituir sus garras de hueso por adamantium (como las de Wolverine), también vemos que en la doctora Kinney crecen cada vez más el sentimiento materno y la culpa, llevadas al extremo cuando nota que su pequeña ya es una asesina a la que durante tres años alquilan para misiones imposibles en las que elimina mandatarios, políticos, empresarios… todo a cambio de enormes montones de dólares.

Pero ella es X-23, el vigésimo tercer experimento tras 22 fracasos y el primero ejemplar exitoso de un negocio militar de venta de asesinos perfectos y mercenarios en alquiler; ella es tiene material genético de Logan, así que, lamentablemente para el ambicioso doctor Rice, Laura Kinney heredó de Wolverine algo más que las garras y le pone fin al proyecto muy al estilo de su padre.

Insisto, esta es una pieza que no debe faltar en tu colección. Garras afiladas, violencia, conflictos morales y muchos golpes y sangre salpicando, al mejor estilo Marvel.

 

 

El origen de X-23 y su relación con la película Logan

X-23 / Wolverine

X-23: Inocencia perdida