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#Cine

‘La historia sin fin’, curiosidades del gran clásico fantástico que marcó la niñez de los 80

La historia sin fin es una de las películas infantiles de los 80 que se han convertido en productos de culto.

Hace unos días se anunció que La historia sin fin (The Neverending Story), el clásico de aventuras infantiles alemán que se convirtió en un clásico de culto, tendrá una serie de remakes en formato live action. Aún no hay detalles sobre este proyecto, pero la noticia nos hizo regresar al pasado y explorar algunas curiosidades detrás de la película original dirigida por el alemán Wolfgang Petersen en 1984, una cinta que marcó la niñez de muchos cinéfilos.

Una de las películas alemanas más caras de la historia

La película costó en su momento 27 millones de dólares. Puede que hoy en día no parezca mucho, pero en dólares de 1984 equivaldría a 65 millones. A diferencia de Hollywood, la industria cinematográfica alemana gastó mucho menos que eso en la mayoría de sus películas de los años 80.

Las lesiones de Atreyu

El cine no está exento de riesgos, y eso lo aprendió el actor Noah Hathaway, quien dio vida al guerrero Atreyu. Hathaway resultó herido en más de una ocasión durante el rodaje de la película. Por ejemplo, un caballo le pisó, aunque afortunadamente no resultó herido de gravedad.

El accidente más grave que sufrió fue cuando casi pierde un ojo en la escena final en la que luchaba contra la bestia con forma de lobo, Gmork. Durante la escena, el robot que era Gmork falló y una de sus garras acuchilló la cara del joven actor justo al lado del ojo.

Cuando el robot cayó sobre él, el actor perdió completamente el aliento. Debido a lo malherido que estaba Hathaway, sólo se hizo una toma de la escena, que es la que se ve en el montaje final.

Figuras inapropiadas

Hubo muchos aspectos de la película que el autor Michael Ende no aprobó. No fue sólo el hecho de que su novela no fue llevada del todo bien a la gran pantalla, sino que algunos de los elementos visuales le molestaban.

Ejemplo de lo anterior son las dos estatuas gigantes que aparecen desnudas y mostrando los senos, lo que para el novelista fue inapropiado al tomar en cuenta que es una historia para niños.  Ende hizo comentarios específicos en este sentido: “Las esfinges son una de las mayores vergüenzas de la película”.

La versión de Spielberg

Poca gente sabe que la versión estadounidense de La historia sin fin fue editada por el director Steven Spielberg. Cuando Spielberg recibió la versión alemana de la película para editarla, se centró en lo que funcionaría para el público estadounidense, así que cambió algunas escenas y eliminó siete minutos completos de video y diálogo.

Puede que no parezca mucho tiempo, pero siete minutos en una película que sólo dura 94 minutos después de que Spielberg pusiera sus manos en ella es significativo.

Un arduo entrenamiento para Artax

Muchos recordarán la desgarradora escena en la que el caballo Artax se hunde y muere en el pantano de la tristeza. Para conseguirla, el caballo se sometió a un arduo entrenamiento para que se quedara quieto y se dejara hundir en la sustancia viscosa que simulaba el pantano.

Fueron necesarias siete semanas para entrenar al caballo de forma que se mantuviera de pie sobre la plataforma sumergida y permaneciera allí mientras descendía. La escena resultó convincente y, tras el estreno de la película, empezó a circular el rumor de que el animal murió en el rodaje. Esto resultó ser falso, ya que en realidad el actor Noah Hathaway adoptó al caballo.

¿Qué grita Bastian por la ventana?

Seguramente recuerdas la escena en la que Bastian grita un nombre por la ventana al final de la película. El niño se vio obligado a gritar el nombre de su madre para que la Emperatriz Infantil pudiera salvar a Fantasía de La Nada.

Por desgracia, es imposible oír o entender el nombre, ya que en la escena hay una lluvia torrencial. Afortunadamente, tenemos el libro para decirnos la respuesta: “Moonchild”.

Michael Ende odió la adaptación de su novela

No es raro que un escritor odie ver su obra reimaginada por otra persona en la gran pantalla. Alan Moore es famoso por odiar todo lo que ha escrito y que se ha convertido en película.

En el caso de Michael Ende, autor de la novela La historia sin fin, fue muy explícito sobre lo mucho que odiaba la película. Incluso pidió que se eliminara su nombre de los créditos iniciales, aunque esto no ocurrió.

Ende inició una campaña para que se suspendiera la producción de la película debido a los cambios que hicieron de su historia original. Incluso pidió que cambiaran el título de la película y llegó a demandar a los productores cuando se negaron a satisfacer sus demandas. Al final perdió el juicio.

POR RODRIGO AYALA

Editor especializado en cultura pop, cine, historia, literatura y música. Amo el terror, la música rock, los conciertos y el running. Escribí los libros “Siempre al anochecer y otros cuentos de lo extraño” y “Potwór” para exorcizar mis demonios. Mi frase favorita: “It can't rain all the time”.

rodrigo.ayala@editorialtelevisa.com.mx
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