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#Marvel

10 años del MCU: Guardianes de la Galaxia, Vol. 2

El Universo cinematográfico de Marvel se encuentra en una etapa clave de su desarrollo. Tras la ruptura de los héroes en la Tierra y nuevos mundos cósmicos de hechiceros revelados por Doctor Strange, la Tierra se encuentra en su etapa más vulnerable. ¿Qué sucedía mientras allá afuera, en lo más lejano de la Galaxia? Curiosamente el cosmos era un lugar más seguro –y rentable– gracias a un nuevo grupo de héroes que salvan el día… por el precio justo. Juntos, estos Guardianes de la Galaxia conocerían que más que un grupo de mercenarios y amigos, son una familia

Esto es ‘Guardians of the Galaxy: Vol. 2’.

La primera entrega de la franquicia de James Gunn fue un punto y aparte en el Universo cinematográfico de Marvel. ¿Cómo no ser simplemente “el segundo álbum” o “la secuela que no es tan buena como la original”? Este fue el mayor reto de James Gunn, quien se consagró como una de las nuevas mentes maestras detrás de Marvel Studios. Ahora, con toda la libertad creativa en sus manos para desarrollar una secuela que eventualmente se uniera a los hechos ocurridos en la Tierra, ¿cuál era el plan maestro de James Gunn? Ya conocíamos a los Guardianes, era momento de conocer a la Familia.

Para esto, James Gunn desarrolló una historia que bien tenía el potencial para ser ‘El Padrino: Parte II’ de las cintas de superhéroes: un viaje al pasado de Peter Quill, revelándonos su linaje y las implicaciones de lo que su verdadero padre representaba para él. Además, las traiciones del pasado volverían para atormentar la relación entre Gamora y Nebula, mientras el bebé Groot intentaba formar parte de algo más grande, una familia a la que Rocket se negaba a formar parte.

Los Guardianes de la Galaxia comenzarían una misión más íntima que en pro del Universo, aunque ambas cosas nunca estén separadas de la otra. Ego, padre de Peter Quill, volvería a la vida de su hijo para revelar que él, al igual que su padre, es un “Celestial” y que juntos estaban destinados a una misión mayor en toda la Galaxia.

Por si fuera poco, Drax y Mantis establecen una amistad poco probable, lo que dota a la cinta de un sentido del humor único, explotando así todos los atributos que la película original hizo memorables. ¿Fue demasiado? Sí; el filme, aunque memorable, se sobrepasa con las bromas relacionadas a los personajes más vulnerables de la alineación actual de Guardianes, enfocándose en las pequeñas aventuras de Groot y de la “literalidad” en el lenguaje de Drax. Así, a pesar de tener todo para ser una producción al nivel de secuelas como ‘El imperio contraataca’ o la mencionada cinta de Coppola, ‘GotG Vol, 2’ desemboca como “la segunda parte”… y nada más.

Por supuesto que estas deficiencias en el tono de la película no la vuelven una mala entrega. No: su uso de la música, aunque no siendo memorable como en su primera entrega, pone a los personajes en situaciones emocionales complejas, como la sorpresa de Peter al descubrir el nuevo mundo de su padre hasta la muerte de su mentor, Yondu.

Aunque está atiborrada de chistes, esta es una historia sobre los sentimientos: Peter, por primera vez, se ve involucrado en una relación padre e hijo destacable; Nebula desea venganza contra su hermana a toda costa, hasta que encuentra el perdón en su mecánico corazón; Gamora acepta el hecho que entre ella y Star-Lord hay “una complicidad”; mientras que Rocket y Drax abrazan la idea de formar parte de una extraña familia, con Groot y Mantis como sus “hijos menores”. El fuerte lazo emocional establecido por Gunn a lo largo de las más horas de película hacen más fuerte la relación entre los personajes y la audiencia.

El reto era amplio y, si bien no fue superado, logró mantener a la audiencia enamorada e implicada al cien por ciento  con los miembros de los Guardianes de la Galaxia que, al no ser los “héroes principales”, emprenderían una misión juntos como familia antes de verse envueltos en una “Guerra infinita”.

 

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