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Jump scare ¿qué es y cuál fue el primero en la historia del cine?

Getty Images

#Cine

¿Qué es un jump scare y cuál fue el primero en la historia del cine?

El jump scare es uno de los recursos más usados en el género de terror para provocar una reacción de nervios y tensión en el espectador.

Un grupo de amigos se interna a una casa abandonada. Mientras caminan por los pasillos oscuros se escucha música de violines. Una joven rubia abre un ropero y la música se calla. De pronto, una mano pálida la aferra del rostro y la introduce en el mueble de madera… para siempre. Saltas de tu butaca, tu corazón se acelera y contienes un grito. Esto es lo que en el cine se conoce como jump scare, uno de los recursos más usados en el género de terror.

Robert Baird, estudioso del cine, señala que podemos rastrear los jump scares hasta los primeros tiempos del cine, por ejemplo, con experiencias cinematográficas como la representación de un tren que se acerca al público realizada por los hermanos Lumière en 1895.

El primer jump scare en el género de terror

Pero Baird afirma que el primero de ellos se filmó en la película Cat People, de 1942, dirigida por Val Lewton, y que fue creado por Mark Robson durante el montaje de la cinta. Cat People “formalizó, incluso institucionalizó, el sobresalto para el cine de terror y suspense”, según Baird.

La escena en cuestión sigue a una joven mientras camina hacia su casa a altas horas de la noche y se da cuenta de que alguien la está siguiendo. Empieza a entrar en pánico y corre. De pronto, un autobús aparece de forma ruidosa y repentina, haciendo que la audiencia sienta un susto inesperado.

A este tipo específico de jump scare se le conoce como “el autobús Lewton” y debe su nombre al productor de la película, Val Lewton. Este se produce cuando los espectadores se asustan por algo completamente inofensivo, como un gato que salta de un armario, una paloma que de pronto sale volando de un desván, o la llegada inesperada de un autobús.

Pero hay otro tipo de jump scare llamado “efecto espejo” cuyo mejor ejemplo se encuentra en la película Repulsión, de Roman Polanski: ocurre cuando alguien o algo aparece detrás de un personaje en un espejo.

No fue hasta 1976, con la cinta Carrie, de Brian De Palma, basada en una novela de Stephen King, que los jump scares se convirtieron realmente en una técnica dominante del cine de terror. La escena en cuestión tiene lugar al final de la película, cuando Sue va a depositar flores en la tumba de Carrie y una mano ensangrentada emerge del suelo y la agarra por la muñeca. Ésta sigue siendo una de las escenas más memorables y famosas de la historia del terror, además de un ejemplo claro de un jump scare tradicional.

¿Un recurso válido pero tramposo?

Conforme el género evolucionó y llegó el cine slasher, los jump scares se convirtieron en algo habitual, sin embargo, la fórmula terminó por ser excesiva. Se convirtió en un recurso para generar miedo de manera fácil y tramposa, sin darle un verdadero peso a la psicología del argumento como factor de horror.

Hay fanáticos del cine a los que les fascinan los jump scares, pues les parecen divertidos, el nervio que generan los llenan de adrenalina, y les sirven como parámetro para decir si una película da miedo o no. Por otro lado, hay otros cinéfilos que los odian y les parecen una manera engañosa y barata de generar tensión.

La música y el jump scare

El sonido es responsable de la mayor parte de los jump scares, y es casi imposible contrarrestarlos. Se pueden cerrar los ojos o apartar la mirada de una imagen desagradable, pero no puedes dejar de escuchar. El sonido desempeña un papel crucial en las dos partes de una escena que termina con un susto, tanto en la fase inicial como en el clímax.

En la fase inicial, la película utiliza el sonido, o la ausencia de él, para crear una atmósfera de miedo o aprensión. Ese tipo de sonido puede ser música ambiental, como el famoso duh-dun de Tiburón. Te indica que se acerca el peligro; es básicamente una señal para que te pongas ansioso.

El sonido también puede ser acústico, lo que significa que lo oyes pero no ves lo que lo está causando, lo que puede provocar una ansiedad tremenda porque incide en el miedo a lo desconocido.

POR RODRIGO AYALA

Editor especializado en cultura pop, cine, historia, literatura y música. Amo el terror, la música rock, los conciertos y el running. Escribí los libros “Siempre al anochecer y otros cuentos de lo extraño” y “Potwór” para exorcizar mis demonios. Mi frase favorita: “It can't rain all the time”.

rodrigo.ayala@editorialtelevisa.com.mx
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