‘Presence’: así es la película que traumó a los espectadores en Sundance 2024

Presence se filmó en apenas tres semanas y dentro de una sola locación para transmitir la mayor incomodidad posible y una sensación de asfixia.

Parece ya un cliché que cada año sale una película de terror con la capacidad de hacer que la gente se salga de las salas, o, por lo menos, provocar en ella un miedo tan grande que la cinta en cuestión comienza a esparcirse por el boca a boca. Este año, el Festival de Cine de Sundance proyectó una cinta que cumple con todo lo anterior. Su título es Presence, una historia de fantasmas dirigida por Steven Soderbergh, cineasta con más de 30 años de trayectoria.

Presence nos presenta a la familia Payne, la cual llega a habitar su nuevo hogar. La familia está dividida en dos bandos: Chris (Chris Sullivan) y su hija adolescente Chloe (Calliana Liana), quien carga el trauma de la reciente sobredosis de su amiga. Por otro lado está la madre Rebekah (Lucy Liu) y el hijo Tyler (Eddy Maday).

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Después de algunos días de adaptarse a su nuevo entorno, Chloe empieza a percibir la presencia de algo extraño, aunque el resto de la familia parece no percatarse de nada. Lo original de la cinta de Soderbergh es que la historia se relata desde la perspectiva del fantasma.

Un corresponsal de Variety que estuvo en la función de estreno de Presence en Sundance comentó que algunos asistentes no pudieron con la tensión de la película y abandonaron la sala antes de que la película terminara. “No puedo soportar este estrés tan noche”, dijo alguno de ellos.

Algunos actores también se mostraron perturbados después de ver Presence. Lucy Liu dijo sentirse “devastada” ante la película. La mayoría de los elogios fueron por la manera en que está contada la película, es decir, la perspectiva del fantasma y la manera en que analiza a cada miembro de la familia.

El proceso de filmación

Presence se filmó en apenas tres semanas y dentro de una sola locación para transmitir la mayor incomodidad posible y una sensación de asfixia.

Antes de la filmación de esta película, Steven Soderbergh no creía en la posibilidad de contar una historia desde el punto de vista de una persona, así que se aventuró a hacerlo para desafiarse a sí mismo.

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El propio Soderbergh fue su director de fotografía y operador de cámara, lo que hace de esta cinta un ejercicio muy personal con el que el cineasta salió muy bien librado. A fin de cuentas, su cinta logró lo que una película de terror siempre busca: incomodar al espectador y hacerlo pasar un mal rato.

No hay noticias sobre la llegada de esta película a suelo mexicano, pero en cuanto sepamos algo, no dudes en que te lo haremos saber.