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#Cine

Reseña ‘Me gusta pero me asusta’: una opción por si quieres una comedia simple e inocente












SINOPSIS

Es hora de que Brayan (Alejandro Speitzer) se involucre en el negocio de la familia, por lo que su padre lo obliga a dejar Sinaloa para mudarse a la Ciudad de México, donde debe expandir el emporio. En su búsqueda de un lugar para vivir en la capital, conoce a Claudia (Minnie West), una hija de papi que no tiene suerte en el amor ni vocación para ser agente de bienes raíces.

Si camina, nada y grazna como pato… Es una película. Y es que el dicho popular le funciona a Beto Gómez (Salvando al soldado Pérez) para burlarse de las apariencias y los prejuicios en su nueva producción, Me gusta, pero me asusta.

El cineasta mexicano ironiza al respecto a partir de dos personajes aparentemente distintos: Clauda (Minnie West), una chica citadina que vive a expensas de su padre y es un tanto ingenua y despistada; mientras que en el otro extremo está Brayan (Alejandro Speitzer) —sí, Brayan y no Brian—, un joven tímido de Sinaloa que se ve obligado a entrarle al misterioso negocio familiar.

Pese a las discrepancias, cuando ambos se conocen en la Ciudad de México, hacen click casi de inmediato y no es para menos, los dos son unos inadaptados que se niegan a seguir los pasos de su respectivo padre.

La dinámica que surge entre estos dos es el pretexto para que, en primera instancia, Gómez se aproveche de la percepción que en el centro y sur del país se tiene respecto a los hombres que visten de tejana, cinto pitiao y botas de piel. Pero también para trazar una historia de amor a la Amar te Duele, pero en lugar de confrontar a Santa Fe nice vs Santa Fe barrio, lo hace entre hombres norteños y chicos de la condechi.

Fusionar las dos líneas, teóricamente, tienen el potencial suficiente como para hacernos reír un buen rato. Lamentablemente en la práctica no funciona tan bien. La exageración en la caracterización de la pareja protagonista, el exceso del slow motion como recurso para enfantizar algún momento cumbre y la dirección de los actores, provocan que la comedia se pase un poquito de la raya y pierda efecto.

Sí, habrá momentos que te den risa y se agradece que se apueste por chistes inocentones; sin embargo, serán más las ocasiones en las que torcerás los ojos. Las actuaciones que se rescatan son la de Joaquín Cosío y la de Hernán Mendoza, cuya experiencia se nota pese a los pocos minutos que aparecen en pantalla.

Estamos seguros de que esta película no te asustará, pero de que te guste… tenemos nuestras dudas. 

Veredicto

Palomera. Te va a entretener un rato y es una opción por si quieres una comedia simple e inocente.

POR ANA PATRICIA ORTEGA REYNOSO

annortega5@gmail.com
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