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La última puerta

#Cine

‘La última puerta’: final explicado de la escalofriante película de Johnny Depp en Netflix

La última puerta nos habla sobre la búsqueda de un libro escrito por el Diablo mismo.

Antes de que fuera el Capitán Jack Sparrow, en Piratas del Caribe, Johnny Depp protagonizó en 1999 una cinta de temática sobrenatural dirigida por Roman Polanski. Hablamos de La última puerta, película que adapta la novela El Club Dumas, del autor español Arturo Pérez-Reverte. Esta película se encuentra en el catálogo de Netflix, por lo que quizás ya la viste y quedaste intrigado por el significado de su desenlace. Aquí hablaremos sobre el final explicado de La última puerta, la escalofriante película de Johnny Depp en Netflix.

En busca de un libro escrito por el Diablo

Dean Corso, interpretado por Johnny Depp, es un anticuario y experto detective de libros que practica métodos sin escrúpulos para conseguir lo que quiere. Un día es contratado por el erudito Boris Balkan (Frank Langella) para autentificar su copia del libro Las Nueve Puertas del Reino de las Sombras, supuestamente escrito por el Diablo.

Durante su búsqueda, Corso se topa con una extraña mujer (Emmanuelle Seigner) que demuestra ser una poderosa aliada. La película es, sin duda, misteriosa, y muchas de sus situaciones quedan abiertas a la interpretación. Su memorable final hace que La última puerta sea una de las cintas más enigmáticas de la filmografía de Depp y su director Roman Polanski.

Spoilers a continuación…

Sólo Dean Corso encuentra el secreto para invocar al Diablo

La verdadera razón por la Balkan deseaba autenticar la copia de su libro era para invocar al Diablo y obtener sus poderes. Durante la mayor parte de la película, el escepticismo de Corso lo guía en todo momento. Pero en los momentos finales de la película, se demuestra que estaba equivocado. Hay una razón por la que la invocación de Balkan fracasó, y no es porque el Diablo no exista: Corso se entera de que uno de los grabados con los que trabaja Balkan es una falsificación.

La codicia de Corso por el dinero se transforma en un deseo absoluto por el conocimiento y las respuestas, y después de haber llegado tan lejos, tiene la intención de llegar hasta el final.

Corso encuentra un grabado en uno de los primeros lugares donde comenzó su investigación. Cuando ve la imagen, Corso se convence de que todo lo que no creía sobre el Diablo es real. El grabado representa a la mujer que le acompañó en su aventura. Corso tiene la pieza que le falta a Balkan desde el principio.

La última escena nos muestra a Corso llegando a un castillo y atravesando una puerta llena de luz, que muchos interpretan como la “Novena Puerta”. Puede ser que Corso decida seguir el camino de la oscuridad y vender su alma a Lucifer. La escena se presta a la interpretación de cada espectador, pero no hay duda de que el personaje sabe lo suficiente como para verse tentado a ir más allá de sus propias dudas y acceder a un tipo de conocimiento prohibido.

¿Quién era la misteriosa joven que se alía a Corso?

El personaje de Emmanuelle Seigner es tan misterioso que ni siquiera tiene nombre. A pesar de ello, está presente en todos los momentos clave de la película: siempre aparece cuando Corso la necesita. La joven anima a Corso en su búsqueda de Las Nueve Puertas, aunque nunca se explica por qué está tan interesada. ¿Quién es ella o qué representa?

La mayor pista sobre la identidad de esta mujer es el grabado final. Cuando Corso encuentra la última imagen, ve a una mujer (idéntica a la joven) desnuda y montada sobre una bestia de varias cabezas. Es probable que represente a la “Ramera de Babilonia”, una figura que aparece en el Libro del Apocalipsis de la Biblia.

Ella es la entrada a un mundo oculto y lleno de aprendizajes de todo tipo. Es probable que ella sea el Diablo en persona, por ello es que tienta a Corso a seguir adelante con su investigación.

POR RODRIGO AYALA

Editor especializado en cultura pop, cine, historia, literatura y música. Amo el terror, la música rock, los conciertos y el running. Escribí los libros “Siempre al anochecer y otros cuentos de lo extraño” y “Potwór” para exorcizar mis demonios. Mi frase favorita: “It can't rain all the time”.

rodrigo.ayala@editorialtelevisa.com.mx
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